Tras el anuncio científico, que puso fecha para la primera operación
de trasplante de cabeza en el año 2017, se ha desatado una fuerte
polémica sobre su alcance ético y social.
Así, según las declaraciones de Sergio Canavero, médico del Grupo
Avanzado de Neuromodulación de Turín, en Italia, responsable del
desarrollo de un revolucionario método para el trasplante de cabezas
humanas, la primera operación de esta índole será posible en 2017. El
experto aseguró que, a través de un cuerpo donado, cualquier paciente
podrá combatir distintos tipos de cáncer y degeneraciones nerviosas.
El proceso de trasplante se basa en la unión de la espina dorsal de
la cabeza separada con la espina dorsal del cuerpo receptor, empleando
una sustancia química. Posteriormente, los cirujanos deberán unir y
suturar músculos y vasos sanguíneos.
Mientras tanto, el paciente trasplantado deberá permanecer cuatro
semanas en coma, de modo que logre evitar cualquier tipo de movimiento,
al mismo tiempo que algunos electrodos implantados en la espina dorsal
actúan para estimular la generación de nuevas conexiones nerviosas. Si
bien cualquier persona podrá hablar y mover la cabeza tan pronto
abandone el estado de coma, no podrá caminar hasta al menos un año
después de la intervención quirúrgica.
Aunque la técnica parece estar completamente desarrollada, es cierto
que el anuncio desató la controversia en sectores sociales y
profesionales, que cuestionan el proceso desde un punto de vista ético y
también técnico.
Un trasplante de cabeza es una operación quirúrgica que implica el injerto de la cabeza
de un organismo en el cuerpo de otro. No se debe confundir con otra
operación quirúrgica hipotética, el trasplante de cerebro. El trasplante
de cabeza implica decapitar
al paciente. No se sabe si algún ser humano fue sometido a tal
procedimiento, y aunque se ha realizado en perros, monos y ratas,1 la tecnología necesaria para volver a unir una médula espinal cortada todavía no se ha desarrollado. Es decir, quien fuera objeto de un trasplante de cabeza se convertiría en tetrapléjico, de la misma manera que le ha sucedido a los animales mencionados, a menos que se desarrollaran las terapias adecuadas.
La investigación de Canavero está basada en la del doctor Robert White, quien en 1970 logró trasplantar con relativo éxito la cabeza de un simio en el cuerpo de otro, aunque sin conectar el sistema nervioso. Esta técnica se ha propuesto como posiblemente útil para personas que ya son tetrapléjicas y que también sufren de fallos orgánicos generalizados que de otro modo requerirían muchas cirugías de trasplante diferentes y difíciles. La cuadriplejía puede ser una opción aceptable para los enfermos terminales. No existe un consenso uniforme sobre la ética de un procedimiento de este tipo.
Ya estaremos viendo resultados para este 2017 realmente impresionante.
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